A causa de la reprensión del Señor y por el resoplido de su enojo, las cuencas del mar quedaron a la vista; al descubierto quedaron los cimientos de la tierra.
Montañas, escuchen el pleito del Señor; presten atención, firmes cimientos de la tierra. Porque el Señor tiene un pleito contra su pueblo, presenta una acusación contra Israel: