Un día temblarán los guardianes de la casa y los fuertes caminarán encorvados; se detendrán las que muelen por ser pocas, y verán borrosos los que miran por las ventanas.
Algún tiempo después se originó una batalla contra los filisteos en Guézer. En esa ocasión Sibecay, el jusatita, mató a Sipay, descendiente de los refaítas. Así sometieron a los filisteos.
Al enterarse los filisteos de que David había sido ungido rey de Israel, subieron todos ellos contra él, pero David lo supo de antemano y bajó a la fortaleza.
Aun cuando sea yo anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido.