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Referencias Cruzadas

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2 Samuel 21:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Durante el reinado de David hubo tres años consecutivos de hambre. David pidió ayuda al Señor, y él le contestó: «Esto sucede porque Saúl y su sanguinaria familia asesinaron a los gabaonitas».

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34 Referencias Cruzadas  

En ese tiempo hubo mucha hambre en aquella región, además de la que hubo en tiempos de Abraham. Por eso Isaac se fue a Guerar, donde se encontraba Abimélec, rey de los filisteos.

En ese entonces hubo tanta hambre en aquella región que Abram se fue a vivir a Egipto.

Él me invocará y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia, lo libraré y lo llenaré de honores.

Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás».

Le he dicho a Dios: No me condenes. Dime qué es lo que tienes contra mí.

Ahora bien, Eliseo había dicho a la mujer a cuyo hijo él había revivido: «Anda, vete con tu familia a vivir donde puedas, porque el Señor ha ordenado que haya una gran hambre en el país y que esta dure siete años».

El sitio duró tanto tiempo que provocó un hambre terrible en la ciudad, a tal grado que una cabeza de asno llegó a costar ochenta siclos de plata y un cuarto de cab de estiércol de paloma, cinco siclos.

Así que Elías se puso en camino para presentarse ante Acab. En Samaria había mucha hambre.

Ahora bien, Elías, el de Tisbé de Galaad, fue a decirle a Acab: «Tan cierto como que vive el Señor, Dios de Israel, a quien yo sirvo, te aseguro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene».

Así que David consultó al Señor y este respondió: —No los ataques de frente, sino rodéalos hasta llegar a los árboles de bálsamo y entonces atácalos por la retaguardia.

Así que David consultó al Señor: —¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mi poder? —Atácalos —respondió el Señor—; te aseguro que los entregaré en tus manos.

¿Me entregarán los habitantes de esta ciudad en manos de Saúl? ¿Es verdad que Saúl vendrá, según me han dicho? Yo te ruego, Señor, Dios de Israel, que me lo hagas saber. —Sí, vendrá —respondió el Señor.

David volvió a consultar al Señor y él respondió: —Ponte en camino y ve a Queilá, que voy a entregar en tus manos a los filisteos.

consultó al Señor: —¿Debo ir a luchar contra los filisteos? —Ve —respondió el Señor—, lucha contra los filisteos y libera a Queilá.

Sin embargo, los israelitas desobedecieron al Señor conservando lo que él había decidido que fuera destinado a la destrucción, pues Acán, hijo de Carmí, nieto de Zabdí y bisnieto de Zera, guardó para sí parte del botín que Dios había destinado al exterminio. Este hombre de la tribu de Judá provocó la ira del Señor contra los israelitas.

Se presentará ante el sacerdote Eleazar, quien mediante el urim consultará al Señor. Cuando Josué ordene salir, la comunidad entera saldrá con él y, cuando le ordene volver, volverá.

Cuando yo destruya la provisión de pan, diez mujeres hornearán para ustedes pan en un solo horno. Y lo distribuirán racionado, de tal manera que comerán, pero no se saciarán.

El hambre seguía aumentando en aquel país.

Además, de todos los países llegaban a Egipto para comprarle alimento a José, porque el hambre cundía ya por todo el mundo.

Fue así como los hijos de Israel fueron a comprar alimento, al igual que otros, porque el hambre se había apoderado de Canaán.

El Señor te está dando tu merecido por haber masacrado a la familia de Saúl para reinar en su lugar. Por eso el Señor ha entregado el reino a tu hijo Absalón. Has caído en desgracia, porque eres un asesino.

Ira el yairita era sacerdote personal de David.

—Saúl quiso destruirnos —contestaron ellos—; se propuso exterminarnos y nos expulsó de todo el territorio israelita.

Una vez más, la ira del Señor se encendió contra Israel, así que el Señor incitó a David contra el pueblo al decirle: «Haz un censo de Israel y de Judá».

Esto es lo que haremos con ellos: les perdonaremos la vida, para que no caiga sobre nosotros el castigo divino por quebrantar el juramento que hicimos.

En el tiempo en que distintos líderes gobernaban el país, hubo allí una época de hambre. Entonces un hombre de Belén de Judá emigró a la tierra de Moab, junto con su esposa y sus dos hijos.

de modo que volvieron a consultar al Señor: —¿Ha venido aquí ese hombre? —Sí —respondió el Señor—, pero se ha escondido entre el equipaje.

El corazón me dice: «¡Busca su rostro!». Y yo, Señor, tu rostro busco.




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