2 Samuel 2:7

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Cobren ánimo y sean valientes, pues aunque su señor Saúl ha muerto, la tribu de Judá me ha ungido como su rey».

Referencias Cruzadas

Efesios 6:10

Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor.

2 Samuel 10:12

¡Ánimo! Luchemos con valor por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios. ¡Y que el Señor haga lo que bien le parezca!».

1 Samuel 31:12

los más valientes de ellos caminaron toda la noche hacia Betseán, tomaron los cuerpos de Saúl y de sus hijos y, luego de bajarlos del muro, regresaron a Jabés. Allí los incineraron

1 Samuel 31:7

Cuando los israelitas que vivían al otro lado del valle y del Jordán vieron que el ejército de Israel había huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, también ellos abandonaron sus ciudades y se dieron a la fuga. Así fue como los filisteos las ocuparon.

1 Samuel 4:9

¡Ánimo, filisteos! ¡Sean hombres! Si no quieren llegar a ser esclavos de los hebreos, tal como ellos lo han sido de nosotros, ¡luchen como hombres!».

Génesis 15:1

Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No tengas miedo, Abram. Yo soy tu escudo y muy grande será tu recompensa».

1 Corintios 16:13

Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes.

2 Samuel 2:6

Y ahora, que el Señor muestre a ustedes su amor y fidelidad, aunque yo también quiero recompensarlos por esto que han hecho.

2 Samuel 2:8

Entretanto, Abner, hijo de Ner, comandante del ejército de Saúl, llevó a Isboset, hijo de Saúl, a la ciudad de Majanayin.

Nehemías 2:18

Entonces les conté cómo la bondadosa mano de Dios había estado conmigo y relaté lo que el rey me había dicho. Al oír esto, exclamaron: —¡Manos a la obra! Y comenzaron la reconstrucción.

2 Samuel 5:3

Así pues, todos los jefes de Israel fueron a Hebrón para hablar con el rey David. Allí el rey hizo un pacto con ellos en presencia del Señor. Después de eso, ungieron a David para que fuera rey sobre Israel.

2 Reyes 11:12

Entonces Joyadá sacó al hijo del rey, le puso la corona y le entregó una copia del pacto. Luego lo ungieron, y todos aplaudieron, gritando: «¡Viva el rey!».