Entonces llegó el cusita y anunció: —Traigo buenas noticias a mi señor el rey. El Señor lo ha librado hoy de todos los que se habían rebelado en contra suya.
Pero tú ves la maldad y la aflicción, las tomas en cuenta y te harás cargo de ellas. Las víctimas se encomiendan a ti; tú eres la ayuda de los huérfanos.
Jonatán y Ajimaz se habían quedado en Enroguel. Como no se podían arriesgar a que los vieran entrar en la ciudad, una criada estaba encargada de darles la información para que ellos se la pasaran al rey David.
También dijo: —Como tú eres vidente, puedes volver tranquilo a la ciudad con Abiatar, y llevarte contigo a tu hijo Ajimaz y a Jonatán, hijo de Abiatar.