y a tirarles piedras a David y a todos sus oficiales, a pesar de que las tropas y la guardia real rodeaban al rey.
Cuando el rey David llegó a Bajurín, salía de allí un hombre de la familia de Saúl, llamado Simí, hijo de Guerá. Este se puso a maldecir
En sus insultos, Simí decía al rey: —¡Largo de aquí! ¡Asesino! ¡Canalla!
y dijo: —Ruego a mi señor que no tome en cuenta mi delito ni recuerde el mal que hizo este servidor suyo el día en que mi señor el rey salió de Jerusalén. Le ruego al rey que olvide eso.