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Referencias Cruzadas

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2 Samuel 14:32

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Y Absalón respondió: —Te pedí que fueras a ver al rey y le preguntaras para qué he vuelto de Guesur. ¡Más me habría valido quedarme allá! Voy a presentarme ante el rey y si soy culpable de algo, ¡que me mate!

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15 Referencias Cruzadas  

Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, alcanza la misericordia.

Ya que en presencia del Señor has hecho un pacto conmigo, que soy tu servidor, te ruego que me seas leal. Si me consideras culpable, no hace falta que me entregues a tu padre; ¡mátame tú mismo!

Ya en Egipto te decíamos: “¡Déjanos en paz! ¡Preferimos servir a los egipcios!”. ¡Mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto!

Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la Ley, lo dice a quienes están sujetos a ella, para que todo el mundo se calle la boca y quede convicto delante de Dios.

Ellos también contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, o como forastero, o necesitado de ropa, enfermo o en la cárcel y no te ayudamos?”.

¿Acaso se han avergonzado de la abominación que han cometido? ¡No, no se han avergonzado de nada y ni siquiera saben lo que es la vergüenza! Por eso, caerán con los que caigan; cuando los castigue, serán derribados”, dice el Señor.

Cree que merece alabanzas, al punto de no hallar aborrecible su propio pecado.

Cuando Samuel llegó, Saúl dijo: —¡Que el Señor te bendiga! He cumplido las instrucciones del Señor.

Pero los israelitas estaban sedientos, y murmuraron contra Moisés. —¿Para qué nos sacaste de Egipto? —reclamaban—. ¿Solo para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestro ganado?

—¡Cómo quisiéramos que el Señor nos hubiera quitado la vida en Egipto! —les decían los israelitas—. Allá nos sentábamos en torno a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. ¡Ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda la comunidad!

Él respondió: —La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto y yo lo comí.

el segundo, Quileab, hijo de Abigaíl, viuda de Nabal de Carmel; el tercero, Absalón, hijo de Macá, la hija del rey Talmay de Guesur;

Absalón, en su huida, fue a refugiarse con Talmay, hijo de Amiud, rey de Guesur. Pero el rey David lloraba todos los días por su hijo Amnón.

Entonces, este fue enseguida a casa de Absalón y reclamó: —¿Por qué tus criados han prendido fuego a mi campo?




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