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Referencias Cruzadas

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2 Samuel 1:2

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Al tercer día, llegó a Siclag un hombre que venía del campamento de Saúl. En señal de duelo se presentó ante David con la ropa rasgada y la cabeza cubierta de ceniza, y se postró rostro en tierra.

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25 Referencias Cruzadas  

Un soldado que pertenecía a la tribu de Benjamín salió corriendo del frente de batalla y ese mismo día llegó a Siló, con la ropa hecha pedazos y la cabeza cubierta de polvo.

les aseguro que quien me anunció la muerte de Saúl se imaginaba que me traía buenas noticias, ¡pero la recompensa que le di por tan “buenas noticias” fue apresarlo y matarlo en Siclag!

Cuando Abigaíl vio a David, se bajó rápidamente del asno y se postró ante él con su rostro en tierra.

Ante esto, Josué rompió sus ropas y se postró rostro en tierra ante el arca del Señor y permaneció allí hasta la tarde. Los jefes de Israel hicieron lo mismo y echaron ceniza sobre su cabeza.

Voy a hacer que los de la sinagoga de Satanás, esos que se autodenominan judíos y no lo son porque mienten, vayan a postrarse a tus pies y reconozcan que yo te he amado.

Desde entonces comenzó Jesús a advertir a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los líderes religiosos, de los jefes de los sacerdotes y de los maestros de la Ley; también que era necesario que lo mataran y que al tercer día resucitara.

Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de un enorme pez, también tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra.

Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al Señor su Dios, porque él es misericordioso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga.

Después de dos días nos dará vida nuevamente; al tercer día nos levantará, y así viviremos en su presencia.

Díganle a Dios: «¡Cuán imponentes son tus obras! Es tan grande tu poder que tus enemigos se rinden ante ti.

Al tercer día, Ester se puso sus vestiduras reales y fue a pararse en el patio interior del palacio, frente a la sala del rey. El rey estaba sentado allí en su trono real, frente a la puerta de entrada.

«Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!».

Cuando David llegó a la cumbre del monte, donde se adoraba a Dios, se encontró con Husay, el arquita, que en señal de duelo llevaba las vestiduras rasgadas y la cabeza cubierta de tierra.

Cuando aquella mujer de Tecoa se presentó ante el rey, hizo una reverencia y se postró rostro en tierra. —¡Ayúdeme, Su Majestad! —exclamó.

En cuanto el criado se fue, David salió de su escondite y luego se postró tres veces con su rostro en tierra. Enseguida se besaron y lloraron juntos, hasta que David se desahogó.

—Vengo del frente de batalla —dijo a Elí—; hui de las filas hoy mismo. —¿Qué pasó, hijo mío? —preguntó Elí.

—Nuestro padre, su siervo, se encuentra bien y todavía vive —respondieron ellos. Enseguida se arrodillaron y se postraron ante él para honrarlo.

Y Jacob se rasgó las vestiduras, se vistió de luto y por mucho tiempo hizo duelo por su hijo.

Cuando Rubén volvió a la cisterna y José ya no estaba allí, se rasgó las vestiduras en señal de duelo.

Al tercer día, Abraham alzó los ojos y a lo lejos vio el lugar.

—¿De dónde vienes? —preguntó David. —Vengo huyendo del campamento israelita —respondió.

Por ti levantarán la voz y llorarán con amargura; se echarán polvo en la cabeza y se revolcarán en ceniza.

Al salir, se echó ceniza en la cabeza, se rasgó la túnica y con las manos a la cabeza se fue por el camino llorando a gritos.

Arauna se asomó y al ver que el rey y sus oficiales se acercaban, salió a recibirlo y rostro en tierra se postró delante de él.




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