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Referencias Cruzadas

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2 Reyes 7:9

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Entonces se dijeron unos a otros: —Esto no está bien. Hoy es un día de buenas noticias y no las estamos dando a conocer. Si esperamos hasta que amanezca, resultaremos culpables. Vayamos ahora mismo al palacio y demos aviso.

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14 Referencias Cruzadas  

Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas noticias, del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: «¡Tu Dios reina!».

Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.

¡Miren! Ya se acerca por los montes el que anuncia las buenas nuevas, el que proclama la paz. ¡Celebra tus fiestas, Judá! ¡Paga tus promesas! Porque no volverán a invadirte los malvados, pues han sido destruidos por completo.

Yo fui el primero en decirle a Sión: “¡Mira, ya están aquí!”. Yo fui quien envió a Jerusalén un mensajero de buenas noticias.

Ese día, cuatro hombres que tenían una enfermedad en la piel se hallaban a la entrada de la ciudad. —¿Qué ganamos con quedarnos aquí sentados esperando la muerte? —se preguntaron unos a otros—.

»Pero si se niegan, estarán pecando contra el Señor. Y pueden estar seguros de que no escaparán de su pecado.

Pero el ángel dijo: «No tengan miedo. Miren que traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo.

porque siete veces podrá caer el justo, pero otras tantas se levantará; los malvados, en cambio, se hundirán en la desgracia.

Y era que el Señor había confundido a los arameos haciéndoles oír el ruido de carros de combate y de caballería, como si fuera un gran ejército. Entonces se dijeron unos a otros: «¡Seguro que el rey de Israel ha contratado a los reyes hititas y egipcios para atacarnos!».

Cuando los hombres con la piel enferma llegaron a las afueras del campamento, entraron en una de las tiendas de campaña. Después de comer y beber, se llevaron de allí plata, oro y ropa, y fueron a esconderlo todo. Luego regresaron, entraron en otra tienda, y también de allí tomaron varios objetos y los escondieron.

Así que fueron a la ciudad y llamaron a los centinelas. Les dijeron: «Fuimos al campamento de los arameos y ya no había nadie allí. Solo se oía a los caballos y asnos, que estaban atados. Y las tiendas las dejaron tal como estaban».

Naamán fue a contarle al rey lo que la muchacha israelita había dicho.




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