También allí los miembros de la comunidad de profetas de la ciudad se acercaron a Eliseo y preguntaron: —¿Sabes que hoy el Señor va a quitarte a tu maestro? —Lo sé muy bien; ¡cállense!
Allí los miembros de la comunidad de profetas de Betel salieron a recibirlos y preguntaron a Eliseo: —¿Sabes que hoy el Señor va a quitarte a tu maestro? —Lo sé muy bien; ¡cállense!
que les dijeron: —Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.
Pero su padre se resistió y contestó: —¡Ya lo sé, hijo, ya lo sé! También él gestará a un pueblo y llegará a ser importante. Pero su hermano menor será aún más importante y su descendencia dará origen a muchas naciones.
»De ahí llegarás a Guibeá de Dios, donde hay una guarnición filistea. Al entrar en la ciudad te encontrarás con un grupo de profetas que bajan del santuario. Vendrán profetizando, precedidos por músicos que tocan liras, panderos, flautas y arpas.
La viuda de un miembro de la comunidad de los profetas suplicó a Eliseo: —Mi esposo, su servidor, ha muerto y usted sabe que él era fiel al Señor. Ahora resulta que el hombre con quien estamos endeudados ha venido para llevarse a mis dos hijos como esclavos.
Respondiendo al saludo, Guiezi dijo: —Mi amo me ha enviado con este mensaje: “Dos jóvenes de la comunidad de profetas acaban de llegar de la región montañosa de Efraín. Te pido que me des para ellos un talento de plata y dos mudas de ropa”.
Un día, el profeta Eliseo llamó a un miembro de la comunidad de los profetas. «Arréglate la ropa para viajar —le ordenó—. Toma este frasco de aceite y ve a Ramot de Galaad.