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Referencias Cruzadas

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2 Reyes 2:2

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Entonces Elías dijo a Eliseo: —Quédate aquí, pues el Señor me ha enviado a Betel. Pero Eliseo respondió: —Tan cierto como el Señor y tú viven, te aseguro que no te dejaré solo. Así que fueron juntos a Betel.

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17 Referencias Cruzadas  

Una vez más Elías dijo: —Quédate aquí, pues el Señor me ha enviado al Jordán. Pero Eliseo insistió: —Tan cierto como que el Señor y tú viven, te juro que no te dejaré solo. Así que los dos siguieron caminando

Pero la madre del niño exclamó: —¡Tan cierto como el Señor y usted viven, le aseguro a usted que no lo dejaré solo! Así que Eliseo se levantó y fue con ella.

Elías, por su parte, volvió a decirle: —Quédate aquí, Eliseo, pues el Señor me ha enviado a Jericó. Pero Eliseo repitió: —Tan cierto como que el Señor y tú viven, te juro que no te dejaré solo. Así que fueron juntos a Jericó.

Dijo Ana: «Mi señor, tan cierto como que usted vive, le aseguro que yo soy la mujer que estuvo aquí a su lado orando al Señor.

si con fidelidad, justicia y rectitud juras diciendo: “Tan cierto como que el Señor vive”, entonces en él serán benditas las naciones y en él se gloriarán».

Así pues, el día quince del mes octavo Jeroboán subió al altar que había construido en Betel y quemó incienso. Ese fue el día que arbitrariamente decretó como día de fiesta para los israelitas.

»Pero ahora el Señor le ha impedido a usted derramar sangre y hacerse justicia con sus propias manos. Tan cierto como el Señor y usted viven, esto es lo que pido: que a sus enemigos, y a todos los que quieran hacerle daño, les pase lo mismo que a Nabal.

En aquel lugar había una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob cambió su nombre por Betel.

Aunque salieron de entre nosotros, en realidad no eran de los nuestros; si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. Su salida sirvió para comprobar que ninguno de ellos era de los nuestros.

Así que colocó uno de los becerros en Betel y el otro en Dan.

Anteriormente Saúl, al ver a David enfrentarse con el filisteo, había preguntado a Abner, comandante de su ejército: —Abner, ¿quién es el padre de ese muchacho? —Tan cierto como Su Majestad vive, le aseguro que no lo sé.

Después de buscar consejo, el rey hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: «¡Israelitas, no es necesario que sigan subiendo a Jerusalén! Aquí están sus dioses, que los sacaron de Egipto».

De Jericó, Eliseo se dirigió a Betel. Iba subiendo por el camino cuando unos muchachos salieron de la ciudad y empezaron a burlarse de él. «¡Vete, viejo calvo! —le gritaban—. ¡Vete, viejo calvo!».




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