Con este fin reclutó a setenta mil cargadores y ochenta mil canteros, para que trabajaran en la montaña. Al frente de ellos puso a tres mil seiscientos capataces.
A setenta mil de ellos los puso como cargadores; a ochenta mil, como canteros en las montañas; y a tres mil seiscientos, como capataces para dirigir a los trabajadores.
Luego añadieron: —Se les permitirá vivir, pero a cambio de ser los leñadores y aguateros de la comunidad. De ese modo, los jefes de la comunidad cumplieron su promesa.