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Referencias Cruzadas

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2 Corintios 8:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Ahora, hermanos, queremos que se enteren de la gracia que Dios ha dado a las iglesias de Macedonia.

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15 Referencias Cruzadas  

Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí.

En efecto, ustedes aman a todos los hermanos que viven en Macedonia. No obstante, hermanos, los animamos a amarse aún más,

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy y la gracia que él me concedió no se quedó sin fruto. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.

Durante la noche Pablo tuvo una visión en la que un hombre de Macedonia, puesto de pie, rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos».

Aunque soy el más insignificante de todos los creyentes, recibí esta gracia de predicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo

porque conozco la buena disposición que ustedes tienen. Esto lo he comentado con orgullo entre los macedonios, les dije que desde el año pasado ustedes, los de Acaya, estaban preparados para dar. El entusiasmo de ustedes ha servido de estímulo a la mayoría de ellos.

ya que Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los hermanos pobres de Jerusalén.

Cuando él llegó y vio las evidencias de la gracia de Dios, se alegró y animó a todos a hacerse el firme propósito de permanecer fieles al Señor,

Cuando estuve entre ustedes y necesité algo, no fui una carga para nadie, pues los hermanos que llegaron de Macedonia suplieron mis necesidades. He evitado serles una carga en cualquier sentido y seguiré evitándolo.

Esta ayuda, que es un servicio sagrado, no solo suple las necesidades de los creyentes, sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios.

no sea que algunos macedonios vayan conmigo y los encuentren desprevenidos. En ese caso nosotros —por no decir nada de ustedes—, nos avergonzaríamos por haber estado tan seguros.

»Después de una ausencia de varios años, volví a Jerusalén para traerle donativos a mi pueblo y presentar ofrendas.

Llegó también el que recibió dos mil monedas. “Señor —informó—, usted me encargó dos mil monedas. Mire, he ganado otras dos mil”.




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