2 Corintios 7:10

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.

Referencias Cruzadas

Hechos 3:19

Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios,

Hechos 11:18

Al oír esto, se apaciguaron y alabaron a Dios diciendo: —¡Así que también a los no judíos ha concedido Dios el arrepentimiento para vida!

2 Samuel 12:13

—¡He pecado contra el Señor! —reconoció David ante Natán. —El Señor ha perdonado ya tu pecado y no morirás —contestó Natán—.

Lucas 18:13

En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”.

Lucas 15:10

Les digo que así mismo se alegran los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.

Jonás 3:10

Al ver Dios lo que hicieron, es decir, que habían abandonado su mal camino, cambió de parecer y no llevó a cabo la destrucción que había anunciado.

Hebreos 12:17

Después, como ya saben, cuando quiso heredar esa bendición, fue rechazado: No se le dio lugar para el arrepentimiento, aunque con lágrimas buscó la bendición.

Proverbios 17:22

El corazón alegre es un buen remedio, pero el ánimo decaído seca los huesos.

Jonás 4:9

Pero Dios dijo a Jonás: —¿Tienes razón de enfurecerte tanto por la planta? —¡Claro que la tengo! —respondió—. ¡Me muero de rabia!

1 Samuel 30:6

David se angustió, pues la tropa hablaba de apedrearlo; y es que todos se sentían amargados por la pérdida de sus hijos e hijas. Pero cobró ánimo y puso su confianza en el Señor su Dios.

2 Corintios 12:21

Temo que, al volver a visitarlos, mi Dios me humille delante de ustedes, y que yo tenga que llorar por muchos que han pecado desde hace algún tiempo, pero no se han arrepentido de la impureza, la inmoralidad sexual y prácticas vergonzosas a las que se han entregado.

Mateo 26:75

Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: «Antes de que el gallo cante, me negarás tres veces». Y saliendo de allí, lloró amargamente.

Jonás 3:8

Personas y animales vestirán telas ásperas y clamarán a Dios con todas sus fuerzas. Ordena así mismo que cada uno se convierta de su mal camino y de sus hechos violentos.

Ezequiel 7:16

Los que logren escapar se quedarán en las montañas. Como palomas del valle, cada uno gimiendo por su maldad.

Jeremías 31:9

Entre llantos vendrán y entre consuelos los conduciré. Los guiaré a corrientes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Yo soy el padre de Israel; mi primogénito es Efraín.

Proverbios 18:14

En la enfermedad, el ánimo levanta al enfermo; ¿pero quién podrá levantar el ánimo al abatido?

Proverbios 15:15

Para el afligido todos los días son malos; para el que es feliz, todos son de fiesta.

Proverbios 15:13

El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu.

1 Reyes 21:4

Acab se fue a su casa deprimido y malhumorado porque Nabot, el jezrelita, le había dicho: «No puedo cederle a usted lo que heredé de mis antepasados». De modo que se acostó de cara a la pared y no quiso comer.

2 Samuel 17:23

Ajitofel, por su parte, al ver que Absalón no había seguido su consejo, aparejó el asno y se fue a su pueblo. Cuando llegó a su casa, luego de arreglar sus asuntos, fue y se ahorcó. Así murió, y fue enterrado en la tumba de su padre.

2 Samuel 13:4

Jonadab preguntó a Amnón: —¿Cómo es que tú, todo un príncipe, te ves cada día peor? ¿Por qué no me cuentas lo que te pasa? —Es que estoy muy enamorado de Tamar, la hermana de mi medio hermano Absalón —respondió Amnón.

Génesis 30:1

Cuando Raquel se dio cuenta de que no le podía dar hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y dijo a Jacob: —¡Dame hijos! Si no me los das, ¡me muero!

Salmos 38:18

Voy a confesar mi iniquidad, pues mi pecado me angustia.

Eclesiastés 7:3

Es mejor llorar que reír; porque un rostro triste le hace bien al corazón.

2 Corintios 7:9

Sin embargo, ahora me alegro, no porque se hayan entristecido, sino porque su tristeza los llevó al arrepentimiento. Ustedes se entristecieron tal como Dios lo quiere, de modo que nosotros de ninguna manera los hemos perjudicado.