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Referencias Cruzadas

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1 Samuel 20:41

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

En cuanto el criado se fue, David salió de su escondite y luego se postró tres veces con su rostro en tierra. Enseguida se besaron y lloraron juntos, hasta que David se desahogó.

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20 Referencias Cruzadas  

Jonatán hizo un pacto con David, porque lo quería como a sí mismo.

Luego besó a Raquel, rompió en llanto

Todos lloraban inconsolablemente mientras lo abrazaban y lo besaban.

La gente y el rey cruzaron el Jordán. Luego el rey le dio un beso a Barzilay y lo bendijo, y Barzilay volvió a su pueblo.

Cuando Mefiboset, que era hijo de Jonatán y nieto de Saúl, estuvo en presencia de David, se inclinó ante él rostro en tierra. —¿Tú eres Mefiboset? —preguntó David. —A sus órdenes —respondió él.

¡Cuánto sufro por ti, Jonatán, pues te quería como a un hermano! Más preciosa fue para mí tu amistad que el amor de las mujeres.

Cuando Abigaíl vio a David, se bajó rápidamente del asno y se postró ante él con su rostro en tierra.

Entonces Samuel tomó un frasco de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl. Luego lo besó y dijo: —¡Es el Señor quien te ha ungido para que gobiernes a su pueblo!

Luego José, bañado en lágrimas, besó a todos sus hermanos. Solo entonces se animaron ellos a hablarle.

—Nuestro padre, su siervo, se encuentra bien y todavía vive —respondieron ellos. Enseguida se arrodillaron y se postraron ante él para honrarlo.

Al oír Labán las noticias acerca de su sobrino Jacob, salió a recibirlo y, entre abrazos y besos, lo llevó a su casa. Allí Jacob contó todo lo que había sucedido,

José era el gobernador del país y el que vendía trigo a todo el mundo. Cuando sus hermanos llegaron, se postraron rostro en tierra ante él.

Entonces Jonatán dio sus armas al criado. «Vete —dijo—; llévalas de vuelta a la ciudad».

Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y lo besó. Entonces los dos se pusieron a llorar.

y dijo: —¿Por qué hace caso usted a los que dicen que yo quiero hacerle daño?

Al tercer día, llegó a Siclag un hombre que venía del campamento de Saúl. En señal de duelo se presentó ante David con la ropa rasgada y la cabeza cubierta de ceniza, y se postró rostro en tierra.

Cuando aquella mujer de Tecoa se presentó ante el rey, hizo una reverencia y se postró rostro en tierra. —¡Ayúdeme, Su Majestad! —exclamó.

Al llegar Betsabé, se inclinó y postró ante el rey y este le preguntó: —¿Qué quieres?

y el rey se enteró de su llegada. Entonces Natán se presentó ante el rey, se postró con su rostro en tierra

Betsabé se inclinó ante el rey y, postrándose rostro en tierra, exclamó: —¡Que viva para siempre mi señor el rey David!




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