Pero mandó apresar a Armoní y a Mefiboset, los dos hijos que Rizpa, hija de Ayá, había tenido con Saúl, y a los cinco hijos que Merab, hija de Saúl, había tenido con Adriel, hijo de Barzilay, el mejolatita.
Si haces una promesa al Señor tu Dios, no tardes en cumplirla, porque sin duda él demandará que se la cumplas; si no se la cumples, habrás cometido pecado.
«Puedes irte tranquilo —dijo Jonatán a David—, pues los dos hemos hecho un juramento eterno en nombre del Señor, pidiéndole que juzgue entre tú y yo, y entre tus descendientes y los míos». Así que David se fue y Jonatán regresó a la ciudad.
¡Ahora veo por qué todos ustedes conspiran contra mí, y por qué nadie me informa del pacto que mi hijo ha hecho con el hijo de Isaí! Nadie se ha tomado la molestia de avisarme que mi propio hijo instiga a uno de mis súbditos a que se subleve y me aceche, como en realidad está pasando.
Guedalías, hijo de Ajicán y nieto de Safán, hizo este juramento a ellos y a sus tropas: «No teman servir a los babilonios. Si ustedes se quedan en el país y sirven al rey de Babilonia, les aseguro que les irá bien.
Si hemos construido altar para nosotros y así alejarnos del Señor o para ofrecer holocaustos, ofrendas de grano y sacrificios de comunión, ¡que el Señor mismo nos llame a cuentas!
»Pero ahora el Señor le ha impedido a usted derramar sangre y hacerse justicia con sus propias manos. Tan cierto como el Señor y usted viven, esto es lo que pido: que a sus enemigos, y a todos los que quieran hacerle daño, les pase lo mismo que a Nabal.