Por toda respuesta, Jonatán invitó a David a salir al campo. Una vez allí,
David preguntó: —Si tu padre te responde de mal modo, ¿quién me lo hará saber?
dijo: —David, te juro por el Señor, Dios de Israel, que a más tardar pasado mañana a esta hora averiguaré lo que piensa mi padre. Si no corres peligro, de alguna manera te lo haré saber.