Enseguida ella descolgó a David por la ventana y así él pudo escapar.
Entonces Rajab los bajó por la ventana con una soga, pues la casa donde ella vivía estaba sobre la muralla de la ciudad.
Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas;
Saúl tuvo tres hijos: Jonatán, Isví y Malquisúa. También tuvo dos hijas: la mayor se llamaba Merab y la menor, Mical.
Al pasar los soldados de Absalón por la casa, preguntaron a la mujer: —¿Dónde están Jonatán y Ajimaz? —Cruzaron el arroyo —respondió ella. Los soldados salieron en busca de ellos, pero como no pudieron encontrarlos, regresaron a Jerusalén.