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Referencias Cruzadas

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1 Samuel 16:5

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

—Claro que sí. He venido a ofrecerle al Señor un sacrificio. Conságrense y vengan conmigo para tomar parte en él. Entonces Samuel consagró a Isaí y a sus hijos, y los invitó al sacrificio.

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16 Referencias Cruzadas  

Josué ordenó al pueblo: «Conságrense, porque mañana el Señor va a realizar grandes prodigios entre ustedes».

y el Señor dijo: —Ve y consagra al pueblo hoy y mañana. Diles que laven sus ropas

Así que cada uno debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa.

»¡Levántate! ¡Consagra al pueblo! Diles que se consagren para presentarse ante mí mañana y que yo, el Señor, Dios de Israel, declaro: “¡Lo que ordené destruir continúa en medio de ti, Israel! No podrás hacer frente a tus enemigos hasta que hayas destruido esas cosas.

¡Congreguen al pueblo; consagren la asamblea! ¡Junten a los ancianos del pueblo, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Que salga de su alcoba el recién casado y la recién casada, de su cámara nupcial!

Una vez terminado el ciclo de los banquetes, Job se aseguraba de que sus hijos se purificaran delante de Dios. Muy de mañana ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues pensaba: «Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido en sus corazones a Dios». Para Job esta era una costumbre cotidiana.

El pueblo salía a recogerlo y lo molía entre dos piedras o bien lo machacaba en morteros y lo cocía en una olla o hacía pan con él. Sabía a pan amasado con aceite.

Entonces Jacob dijo a su familia y a quienes lo acompañaban: «Desháganse de todos los dioses extraños que tengan con ustedes, purifíquense y cámbiense de ropa.

Ese día Saúl no dijo nada, pues pensó: «Algo le habrá pasado a David, que lo dejó ritualmente impuro, y seguramente no pudo purificarse».

»¡Silencio ante el Señor y Dios, porque cercano está el día del Señor; ha preparado el Señor un sacrificio y ha consagrado a sus invitados!

Adonías, hijo de Jaguit, fue a ver a Betsabé, madre de Salomón, y Betsabé le preguntó: —¿Vienes en son de paz? —Sí —respondió él—;

Y el Espíritu vino sobre Amasay, jefe de los treinta, y este exclamó: «¡Somos tuyos, David! ¡Estamos contigo, hijo de Isaí! ¡Tres veces deseamos la paz a ti y a quien te brinde su ayuda! ¡Y quien te ayuda es tu Dios!». David los recibió y los puso entre los jefes de la tropa.




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