Samuel hizo lo que el Señor mandó. Pero cuando llegó a Belén, los jefes del pueblo lo recibieron con mucho temor. —¿Vienes en son de paz? —preguntaron.
Cuando Jorán vio a Jehú, preguntó: —Jehú, ¿vienes en son de paz? —¿Cómo puede haber paz mientras haya tantas idolatrías y hechicerías de tu madre Jezabel? —respondió Jehú.
Cuando David llegó a Nob, fue a ver al sacerdote Ajimélec, quien al encontrarse con David se puso nervioso. —¿Por qué vienes solo? —preguntó—. ¿Cómo es que nadie te acompaña?
Entonces toda la gente de la región de los gerasenos pidió a Jesús que se fuera de allí, porque les había entrado mucho miedo. Así que él subió a la barca para irse.