Ese día en que el Señor entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué habló al Señor y luego dijo en presencia de todo el pueblo: «Sol, detente en Gabaón; luna, párate sobre el valle de Ayalón».
De entre los israelitas, Saúl escogió tres mil soldados; dos mil estaban con él en Micmás y en los montes de Betel, y mil estaban con Jonatán en Gueba de Benjamín. Al resto del ejército Saúl lo mandó a sus hogares.