A los solteros y a las viudas les digo que sería mejor que se quedaran como yo.
Yo preferiría que estuvieran libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarlo.
En realidad, preferiría que todos fueran como yo. No obstante, cada uno tiene de Dios su propio don: este posee uno; aquel, otro.
Paso ahora a los asuntos que me plantearon por escrito: «Es mejor no tener relaciones sexuales».
¿No tenemos derecho a viajar acompañados por una esposa creyente, como hacen los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?