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Referencias Cruzadas

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1 Corintios 4:12

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Con estas manos trabajamos duro. Si nos maldicen, bendecimos; si nos persiguen, lo soportamos;

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23 Referencias Cruzadas  

No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición.

»Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias.

Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan.

Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta».

y, como hacía tiendas de campaña al igual que ellos, se quedó para que trabajaran juntos.

bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los maltratan.

¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! «No teman lo que ellos temen ni se dejen asustar».

Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que confiaba en aquel que juzga con justicia.

—Padre —dijo Jesús—, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús.

Pero yo digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen,

Luego cayó de rodillas y gritó: —¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Cuando hubo dicho esto, murió.

Recuerden lo que les dije: “Ningún siervo es más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán. Si han obedecido mis palabras, también obedecerán las de ustedes.

Ni siquiera el arcángel Miguel, cuando argumentaba con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición, sino que dijo: «¡Que el Señor te reprenda!».

En efecto, si trabajamos y nos esforzamos es porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos, especialmente de los que creen.

ni comimos el pan de nadie sin pagarlo. Al contrario, día y noche trabajamos arduamente y sin descanso para no ser una carga a ninguno de ustedes.

Recordarán, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamarles el evangelio de Dios y cómo trabajamos día y noche para no serles una carga.

¿O es que solo Bernabé y yo estamos obligados a ganarnos la vida con otros trabajos?

Ustedes mismos saben bien que estas manos se han ocupado de mis propias necesidades y de las de mis compañeros.

Así pues, los que sufren según la voluntad de Dios, confíen en su fiel Creador y sigan practicando el bien.

¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación o la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro o la espada?

De hecho, despojé a otras iglesias al recibir de ellas ayuda para servirles a ustedes.

El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.




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