Esta vez no quiero verlos solo de paso; más bien, espero permanecer algún tiempo con ustedes, si el Señor así lo permite.
pero al despedirse les prometió: «Ya volveré, si Dios quiere». Y zarpó de Éfeso.
Más bien, debieran decir: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello».
Lo cierto es que, si el Señor quiere, iré a visitarlos muy pronto, y ya veremos no solo cómo hablan, sino cuánto poder tienen esos presumidos.
Confiando en esto, quise visitarlos primero a ustedes para que recibieran una doble bendición;
Siempre pido en mis oraciones que, si es la voluntad de Dios, por fin se me abra el camino para ir a visitarlos.
Señor, yo sé que nadie es dueño de su destino, que no le es dado al caminante dirigir sus propios pasos.
Muchos son los planes en el corazón de las personas, pero al final prevalecen los designios del Señor.
—Hagámoslo como te digo, pues nos conviene cumplir con lo que es justo —contestó Jesús. Entonces Juan consintió.