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Referencias Cruzadas

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1 Corintios 13:12

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido.

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20 Referencias Cruzadas  

Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es.

Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.

No es que ya lo haya conseguido todo o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí.

lo verán cara a cara y llevarán su nombre en la frente.

El que escucha la palabra, pero no la pone en práctica, es como el que se mira el rostro en un espejo

En efecto, vivimos por fe, no por vista.

Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.

Pero el que ama a Dios es conocido por él.

De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse a nosotros.

Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas. Él contempla la imagen del Señor. ¿Cómo no tienen miedo de murmurar contra mi siervo Moisés?».

Jacob llamó a ese lugar Peniel, porque dijo: «He visto a Dios cara a cara y todavía sigo con vida».

»Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Porque les digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial.

así como el Padre me conoce y yo lo conozco, y doy mi vida por las ovejas.

Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, hijo de Nun, su joven asistente, nunca se apartaba de la Tienda de reunión.

«Hijo de hombre, preséntale al pueblo de Israel este enigma y nárrale esta parábola.

Y, cuando mi piel haya sido destruida, todavía veré a Dios con mis propios ojos.

¡Tan grande es Dios que no lo conocemos! ¡Incontable es el número de sus años!

Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño.




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