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Referencias Cruzadas

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1 Corintios 12:3

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Por eso les advierto que nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; ni nadie puede decir: «Jesús es el Señor» sino por el Espíritu Santo.

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19 Referencias Cruzadas  

No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios.

que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.

Ustedes me llaman Maestro y Señor y dicen bien, porque lo soy.

para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos.

»Cuando venga el Consolador que yo les enviaré de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él testificará acerca de mí.

—Entonces, ¿cómo es que David, hablando por el Espíritu, lo llama “Señor”? Él afirma:

—No se lo impidan —respondió Jesús—. Nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí.

Si alguno no ama al Señor, quede bajo maldición. ¡Marana ta!

no dejarás el cuerpo colgado durante la noche, sino que lo sepultarás ese mismo día. Porque cualquiera que es colgado de un árbol está bajo la maldición de Dios. No contaminarás la tierra que el Señor tu Dios te da como herencia.

Si alguien llega a ustedes predicando a un Jesús diferente del que hemos predicado nosotros o si reciben un espíritu o un evangelio diferente de los que ya recibieron, a ese lo aguantan con facilidad.

Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propio pueblo,

En el día del Señor vino sobre mí el Espíritu y oí detrás de mí una voz fuerte, como de trompeta,

Cristo nos rescató de la maldición de la Ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero».

Pues, si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.

¡Que así les pague el Señor a mis acusadores, a los que me calumnian!




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