Entonces dijo el rescatador: —En ese caso yo no puedo hacerlo, porque perjudicaría a mis herederos. Te cedo mi derecho de rescate, pues yo no puedo ejercerlo.
Si se empobrece tu hermano y tiene que vender parte de su propiedad, entonces su pariente más cercano vendrá y rescatará lo que su familiar tuvo que vender.
Pero si el cuñado no quiere casarse con su cuñada, ella recurrirá ante los ancianos que están en la puerta de la ciudad y les dirá: «Mi cuñado se niega a mantener viva en Israel la memoria de su hermano. Se niega a cumplir conmigo su deber de cuñado».
su cuñada se acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará la sandalia del pie, le escupirá en la cara y le dirá: «Esto es lo que se hace con quien se niega a perpetuar la familia de su hermano».
Noemí dijo a su nuera: —¡El Señor lo bendiga, pues él se mantiene fiel a los vivos y a los muertos! Y Noemí añadió: —Ese hombre es pariente nuestro y uno de nuestros rescatadores legales.
Quédate aquí esta noche y mañana, si el otro quiere responder por ti, que lo haga; y si no quiere, te juro que yo responderé por ti. Acuéstate hasta mañana.