Me pidió permiso para espigar y reunir unas gavillas detrás de los segadores. Llegó esta mañana y ha estado en pie desde entonces hasta ahora, sin descansar un momento.
Todo lo que esté a tu alcance, hazlo con todas tus fuerzas, pues no hay actividad, ni razón, ni ciencia, ni sabiduría en el reino de los muertos adonde te encaminas.
Cierto día Rut, la moabita, dijo a Noemí: —Déjame ir al campo, a recoger espigas detrás de aquel que me lo permita. Noemí le contestó: —Vete, hija mía.