Rut estuvo espigando en aquel campo hasta el atardecer. Luego desgranó lo que había recogido y sacó un total de veintidós kilos de cebada.
Una ración equivalía a poco más de dos litros.
Vigila la marcha de su casa y no come el pan de balde.
Podéis incluso tirar espigas de los manojos y se las dejáis para que las recoja, sin reprenderla.
Se lo cargó, regresó a la ciudad y enseñó a su suegra lo que había espigado. Sacó también las sobras de la comida y se las dio.