Luego se allegaron a David para hacerle comer algo mientras aún fuese de día. Pero David hizo este juramento: —¡Que Dios me castigue, si antes de ponerse el sol pruebo pan o alguna otra cosa!
Después de enterrarlo, dijo a sus hijos: —Cuando yo muera, enterradme en la sepultura donde está enterrado el hombre de Dios y poned mis huesos junto a los suyos;
Entonces Jezabel envió un mensajero a comunicar a Elías: —Que los dioses me castiguen, si mañana a estas horas no hago contigo lo que les has hecho a ellos.
Entonces Benadad mandó a decir a Ajab: —¡Que los dioses me castiguen, si queda de Samaría polvo suficiente para darle un puñado a cada uno de mis seguidores!
Por lo que a mi vida respecta, en nada la aprecio. Solo aspiro a terminar mi carrera y a culminar la tarea que me encomendó Jesús, el Señor: proclamar la buena noticia de que Dios nos ha dispensado su favor.
Pero Rut le contestó: —No me pidas que te abandone y que me separe de ti, pues iré adonde vayas y viviré donde vivas, que tu pueblo es mi pueblo y tu Dios es mi Dios.
Pero que el Señor me castigue si mi padre ha decidido tu desgracia y no te lo hago saber, para que te pongas a salvo. ¡Que el Señor esté contigo como estuvo con mi padre!