aleja de ella tu camino y no te acerques a la puerta de su casa;
no te dejes arrastrar por ella, no te extravíes tras sus huellas,
y no toméis parte en las estériles acciones de quienes pertenecen al mundo de las tinieblas; desenmascarad, más bien, esas acciones,
No nos dejes caer en tentación, y líbranos del maligno.
evítalo, no lo transites; apártate y sigue adelante.
no vayas a entregar tu honor a otros y tu dignidad a un hombre despiadado;
Se sienta a la puerta de su casa en una silla desde donde domina la ciudad;
No te adentres en senda de malvados, ni pises en camino de perversos;
cruzó la calle, junto a la esquina, y se encaminó a la casa de la mujer.