La rectitud guía a los honrados, la perversión arruina a los desleales.
La justicia protege al intachable, la maldad pervierte al pecador.
Quien procede sin tacha se salvará, el pervertido caerá en la fosa.
El necio arruina su destino y en su interior echa las culpas al Señor.
Hazme justicia, Señor, pues camino con rectitud. En el Señor confío, jamás dudaré.
La integridad y la rectitud me protejan porque en ti tengo puesta mi esperanza.
El que está dispuesto a hacer la voluntad del que me ha enviado, podrá comprobar si lo que yo enseño es cosa de Dios o si hablo por cuenta propia.
No seas demasiado malo, ni seas insensato; ¿por qué morir antes de tu hora?
El justo encuentra llano el camino, el malvado cae por su propia maldad.
Rebeldes y pecadores serán destruidos, desaparecerán los que abandonan al Señor.
La violencia arrastra a los malvados pues se niegan a observar el derecho.
pero los malvados serán arrancados de la tierra, los perversos serán extirpados de ella.
El Señor vela por el sabio y confunde las palabras del pérfido.
Entre los muertos estaban también los cinco reyes de Madián: Eví, Requén, Zur, Jur y Rebá. También pasaron a espada a Balaán, hijo de Beor.