un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
No te satisfacen los sacrificios, si te ofrezco un holocausto no lo quieres.
¿Qué utilidad me reportan vuestros abundantes sacrificios? —dice el Señor—. Estoy harto de holocaustos de carneros, de la enjundia de cebones; no me agrada la sangre de novillos, de corderos y machos cabríos.
Era maltratado, humillado, pero él no abría su boca: era como cordero arrastrado al sacrificio, como oveja que va a ser esquilada.
Pero cuando saqué a vuestros antepasados del país de Egipto, no les hablé ni les di instrucciones sobre holocaustos o sacrificios;
Me presentáis vuestros holocaustos, vuestras ofrendas que no acepto; me sacrificáis novillos cebados, pero yo los aparto de mi vista.
ofreció también una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso;
un macho cabrío como ofrenda de purificación;
Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: —Ahí tenéis al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
sino con la sangre preciosa de Cristo, cordero sin mancha y sin tacha,