y para sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Natanael, hijo de Zuar.
Salomón sacrificó veintidós mil toros y ciento veinte mil corderos, como sacrificio de comunión en honor del Señor. Así dedicaron el rey y todos los israelitas el Templo del Señor.