Fijaré tus fronteras desde el mar de las Cañas hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el río Éufrates. Yo he puesto en tus manos a los habitantes del país para que puedas expulsarlos.
—Estas aguas, que fluyen hacia la zona oriental, irán bajando hasta la Arabá. Después desembocarán en el mar Muerto, el de las aguas sin vida, que quedarán saneadas.
Vuestro territorio abarcará desde el desierto hasta el Líbano, y desde el río Grande, el Éufrates, hasta el mar Grande por el oeste (todo el país de los hititas).
el agua que bajaba de arriba se detuvo y formó como un embalse hasta muy lejos, hasta Adam, ciudad que está cerca de Sartán, mientras que las que bajaban hacia el mar de la Arabá, o mar de la Sal, quedaron completamente cortadas de manera que el pueblo pudo cruzar el río frente a Jericó.