Si es un jefe el que ha pecado, violando alguno de los mandamientos del Señor su Dios y convirtiéndose así en culpable al hacer, aunque inadvertidamente, algo que está prohibido,
Y estas fueron las ciudades que, con sus correspondientes lugares de pasto, los israelitas asignaron a los levitas por sorteo, tal como el Señor había ordenado por medio de Moisés: