No retornaremos a nuestras casas hasta que cada uno de los israelitas posea su heredad.
Y no regresaréis a la heredad que os he dado hasta que el Señor, vuestro Dios, no conceda también a vuestros hermanos el reposo, como ha hecho con vosotros, y tomen posesión, ellos también, de la tierra que el Señor les da al otro lado del Jordán».