La cólera del Señor estalló contra Israel y durante cuarenta años los hizo andar errantes por el desierto, hasta que desapareció toda la generación que había provocado el enojo del Señor.
Los israelitas comieron el maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierras de cultivo, es decir, hasta que cruzaron la frontera de la tierra de Canaán.
Porque el Señor tu Dios te ha bendecido en todo lo que has emprendido, ha protegido tu caminar a través de este inmenso desierto y nada te ha faltado durante estos cuarenta años, porque el Señor tu Dios ha estado contigo».
Entonces se encolerizó el Señor contra Israel y los entregó en manos de salteadores que los saqueaban; los dejó a merced de los enemigos de alrededor y no pudieron ya resistir ante ellos.
Así que el Señor se encolerizó con el pueblo israelita y dijo: —Ya que este pueblo ha quebrantado la alianza que sellé con sus antepasados y no ha escuchado mi voz,