Y volví a jurar solemnemente en el desierto que no los conduciría a la tierra que había pensado darles, una tierra que mana leche y miel, una joya entre todos los países.
Y el Señor dijo a Moisés: —¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo seguirán sin creer en mí a pesar de todas las señales que he hecho en medio de ellos?