Moisés dio entonces a los israelitas las siguientes instrucciones: —Esta es la tierra que recibiréis por sorteo como porción hereditaria y que el Señor ha mandado que se dé a las nueve tribus y media.
Josué se apoderó de toda la tierra, tal como el Señor le había prometido a Moisés, y se la dio en heredad a Israel, repartida en lotes para cada tribu. Y, acabada la conquista, el país quedó en paz.