Descendientes de Judá por clanes eran: el clan de los selaítas que procedía de Selá; el de los faresitas, que procedía de Farés; el de los zeraítas, que procedía de Zerá.
Entonces Judá dijo a su nuera Tamar: —Vuélvete a la casa de tu padre y permanece viuda hasta que mi hijo Selá tenga edad de casarse. Judá decía eso porque temía que también Selá muriese, como había pasado con sus hermanos. Así Tamar regresó a la casa de su padre.
Entonces ella se quitó el vestido de viuda, se cubrió con un velo para que nadie la reconociese, y se sentó a la entrada de Enáin, que se encuentra en el camino de Timná. Hizo todo esto porque veía que Selá ya tenía edad para casarse y sin embargo no se lo entregaban como esposo.
En cuanto a Petaías, hijo de Mesezabel, de la descendencia de Zera, hijo de Judá, era el delegado del rey para todo lo que tuviera que ver con el pueblo.
En Jerusalén se establecieron los descendientes de Judá y de Benjamín. Descendientes de Judá: Ataías, descendiente en línea directa de Uzías, Zacarías, Amarías, Sefatías y Majalalel, todos ellos de la descendencia de Peres;