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Referencias Cruzadas

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Números 24:8

La Palabra (versión española)

Es Dios quien los está liberando de Egipto, mostrándose con ellos fuerte como un búfalo. Devora a las naciones enemigas, tritura sus huesos y los destruye con sus flechas.

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18 Referencias Cruzadas  

Los aplastarás con cetro de hierro, los destrozarás cual vasija de alfarero».

Tú los pondrás en fuga tensando tu arco contra ellos.

Tus flechas están afiladas, se te someten los pueblos, desfallecen los enemigos del rey:

Tu trono, como el de Dios, es eterno, es tu cetro real cetro de rectitud.

Si le haces caso y haces todo lo que yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios,

mientras yo grito hasta el amanecer. Quiebras mis huesos como un león, de la mañana a la noche acabas conmigo.

Israel era oveja descarriada, siempre espantada por leones. Primero la devoró el rey de Asiria; después la despedazó Nabucodonosor, rey de Babilonia.

Pues voy a incitar contra Babilonia una asamblea de naciones poderosas; llegarán desde el norte contra ella y desde el norte será conquistada. Sus flechas, como de experto guerrero, no volverán de vacío.

El rey se alegró mucho y mandó que sacasen a Daniel del foso. Una vez fuera, comprobaron que no tenía ni un rasguño, porque había confiado en su Dios.

Hacéis, pues, mal en rebelaros contra el Señor y en temer a los habitantes de esa tierra. Nos los comeremos como si fueran pan, porque el dios que los protege se ha apartado de ellos, mientras que con nosotros está el Señor; por lo tanto, no los temáis.

y protestó contra Dios y contra Moisés, diciendo: —¿Por qué nos habéis hecho salir de Egipto para hacernos morir en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y estamos hastiados de este alimento miserable.

Dios los está liberando de Egipto, mostrando la fuerza de un búfalo.

Es un pueblo que se yergue como una leona, y como león se pone en pie: no descansará hasta devorar la presa y beber la sangre de sus víctimas.

donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.

Amontonaré desastres sobre ellos y serán blanco de todas mis flechas.

Mis flechas se embriagarán de sangre, y mi espada se hartará de carne: sangre de heridos y de cautivos, cabezas de jefes enemigos.

El Señor tu Dios te va a introducir en la tierra de la que vas a tomar posesión, y va a expulsar delante de ti a pueblos más grandes que tú: hititas, guirgaseos, amorreos, cananeos, fereceos, jeveos y jebuseos, siete pueblos más numerosos y fuertes que tú.

Nos hemos enterado de cómo el Señor secó las aguas del mar de las Cañas delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y de lo que habéis hecho con los dos reyes amorreos del otro lado del Jordán, con Sijón y con Og, a quienes consagrasteis al exterminio.




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