por no haber salido a recibir a los hijos de Israel con pan y con agua; al contrario, contrataron a Balaán para que los maldijera, aunque nuestro Dios cambió la maldición en bendición.
Estos son los gastos de construcción de la Morada del testimonio. Los levitas hicieron el recuento de gastos por orden de Moisés y bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.
Que el Señor extirpe de la nación israelita a quien hace tal cosa, al instigador, al que la realiza y a quien luego presenta ofrendas al Señor del universo.
Hicieron, pues, los israelitas todo lo que el Señor había ordenado a Moisés: acampaban por regimientos y en ese mismo orden emprendían la marcha según sus clanes y sus casas patriarcales.
¡Dichoso tú, Israel! ¿Quién como tú, pueblo rescatado por el Señor? Él es tu escudo protector, él es tu espada victoriosa. Tus enemigos te adularán, pero tú pisotearás sus espaldas.