después de llegar hasta el valle de Escol y de hacer un reconocimiento de la tierra, desalentaron a los israelitas para que no entrasen a la tierra que el Señor les había dado.
animando de paso a los creyentes y exhortándolos a permanecer firmes en la fe: «Para entrar en el reino de Dios —les advertían— nos es necesario pasar por muchos sufrimientos».
Después dimos la vuelta y nos dirigimos hacia el desierto por la ruta del mar de las Cañas, como me había ordenado el Señor. Nos llevó mucho tiempo rodear la montaña de Seír.
Luego, avanzando por el desierto, bordeó Edom y Moab y llegó al oriente del país de Moab. Acamparon al otro lado del Arnón, sin cruzar la frontera de Moab (pues el Arnón es la frontera de Moab).