También el que recogió las cenizas de la vaca lavará sus vestidos y quedará impuro hasta la noche. Esta será norma perpetua para los israelitas y para el extranjero que resida entre ellos.
La persona purificada rociará al tercer día con esa agua a la persona impura y al séptimo día quedará purificada. Lavará luego con agua sus vestidos y su cuerpo, y cuando llegue la noche quedará purificada.
Esto será para los israelitas norma perpetua. También el que haya hecho la aspersión con el agua de la purificación lavará sus vestidos; y el que toque esta agua quedará impuro hasta la noche.