Te concedo igualmente lo más escogido del aceite, del vino y del cereal, es decir, las primicias de todo eso que los israelitas han de presentar al Señor.
Por entonces llegó un hombre de Baal Salisá a traer al profeta el pan de las primicias: veinte panes de cebada y grano nuevo en su alforja. Eliseo ordenó: —Dáselo a la gente para que coma.
Conocida la orden, los israelitas incrementaron las primicias de cereales, vino, aceite, miel y de todos los productos agrícolas, y pagaron con creces todos los diezmos.
Los sacerdotes podrán disponer de lo mejor de las primicias y de todas vuestras ofrendas. Al sacerdote le daréis lo mejor de vuestras hornadas, para que vuestra casa se llene de bendiciones.
Traeréis de vuestras casas, para efectuar con ellos el rito de la elevación, dos panes de ocho kilos de la mejor harina, cocidos con levadura, como primicias para el Señor.
El sacerdote hará con los dos corderos y con el pan de las primicias el rito de la elevación en presencia del Señor; todo quedará así consagrado al Señor, y será para el sacerdote.
recogerás las primicias de los frutos que produzca la tierra que el Señor tu Dios va a darte, las pondrás en una cesta e irás con ellas al lugar que el Señor tu Dios escoja como morada de su nombre.
con cuajada de vaca y leche de oveja, y con corderos cebados y cabritos; con carneros oriundos de Basán; con los mejores granos de trigo y la sangre fermentada de la uva.