Pero todos vosotros vinisteis a decirme: «¿Qué tal si primero enviamos algunos hombres para que inspeccionen esta tierra y averigüen qué rutas debemos seguir y las ciudades en las que podemos entrar?».
Y cuando el Señor os envió desde Cadés Barnea con esta orden: «Id y tomad posesión de la tierra que os he dado», os rebelasteis contra esa orden y no confiasteis en él ni le obedecisteis.
Josué, hijo de Nun, envió en secreto desde Sitín a dos espías encomendándoles: —Id y reconoced la región y la ciudad de Jericó. Ellos fueron y entraron en casa de una prostituta, llamada Rajab, y se quedaron a dormir allí.