Números 11:18

La Palabra (versión española)

Y al pueblo le dirás: «Purificaos para mañana pues vais a comer carne. Vuestras quejas han llegado a oídos del Señor cuando decíais: “¡Quién nos diera carne para comer! ¡Ciertamente nos iba mejor en Egipto!”. Pues bien, el Señor os dará carne, y comeréis.

Referencias Cruzadas

Génesis 35:2

Jacob dijo a su familia y a todos los que lo acompañaban: —Deshaceos de todos los dioses extraños que tengáis, purificaos y cambiad de ropa.

Job 20:13

—atento a no dejarla escapar y reteniéndola pegada al paladar—,

Job 20:23

Para que el malvado sacie su vientre, Dios le enviará su cólera ardiente, como lluvia que le sirva de alimento.

Salmos 78:20

Es verdad que golpeó la roca y el agua manó, los arroyos fluyeron; pero ¿podrá también dar pan, proporcionar carne a su pueblo?».

Éxodo 16:8

Y Moisés añadió: —Esta tarde el Señor os dará carne para comer, y por la mañana pan hasta saciaros, pues os ha oído murmurar contra él. Porque ¿quiénes somos nosotros? En realidad, no habéis murmurado contra nosotros, sino contra el Señor.

Éxodo 19:10

Y el Señor le dijo: —Vuelve con el pueblo, purifícalos hoy y mañana; que laven sus ropas

Éxodo 19:15

Después les dijo: —Estad preparados para pasado mañana y absteneos de mantener relaciones sexuales.

Éxodo 19:22

Incluso a los sacerdotes que se han de acercar a mí, purifícalos, para que yo, el Señor, no los fulmine.

Números 11:1

El pueblo se quejó con acritud ante el Señor. El Señor lo oyó y, ardiendo en cólera, encendió contra ellos su fuego que devoró uno de los flancos del campamento.

Números 11:19

No comeréis un día, ni dos, ni cinco, ni diez, ni veinte,

Hechos 7:39

Pero nuestros antepasados no quisieron obedecerle; lo rechazaron y, volviendo el pensamiento a Egipto,

Josué 7:13

Así que purifica al pueblo y diles: «Purificaos para mañana, porque así dice el Señor, el Dios de Israel: Hay dentro de ti, Israel, algo consagrado al exterminio; no podrás hacer frente a tus enemigos mientras no lo extirpéis de entre vosotros.

Jueces 21:2

El pueblo fue a Betel y allí permaneció hasta la tarde delante de Dios, llorando y suplicando con grandes gemidos.