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Referencias Cruzadas

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Números 1:1

La Palabra (versión española)

En el primer día del segundo mes, en el segundo año de la salida del país de Egipto, el Señor se dirigió a Moisés en el desierto del Sinaí, en la Tienda del encuentro, y le dijo:

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15 Referencias Cruzadas  

El año cuatrocientos ochenta de la salida de los israelitas de Egipto, el año cuarto del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Ziv, es decir, el segundo mes, Salomón comenzó a construir el Templo del Señor.

Justo tres meses después de haber salido de Egipto, los israelitas llegaron al desierto del Sinaí.

Habían partido de Refidín, y al llegar al desierto del Sinaí, acamparon allí, frente al monte.

Allí, sobre la cubierta, entre los dos querubines que están sobre el Arca del testimonio, me manifestaré a ti y te iré dando normas de conducta para los israelitas.

El primer día del primer mes del segundo año de la salida de Egipto fue montada la Morada.

—El día primero del primer mes, montarás la Morada, la Tienda del encuentro.

El Señor llamó a Moisés y le habló en estos términos desde la Tienda del encuentro:

Estos son los mandamientos que el Señor dio a los israelitas en el monte Sinaí por medio de Moisés.

reunieron a toda la comunidad el primer día del segundo mes y censaron uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, a todos los mayores de veinte años.

Así que de pronto llamó el Señor a Moisés, a Aarón y a María y les dijo: —¡Acudid vosotros tres a la Tienda del encuentro! Y así lo hicieron.

El Señor se dirigió a Moisés en el desierto del Sinaí, en el segundo año después de la salida de Egipto, en el mes primero del año, y le dijo:

El día primero del undécimo mes, en el año cuarenta, Moisés comunicó a los israelitas todo lo que el Señor le había encomendado que les dijese,

Los años transcurridos desde que salimos de Cadés Barnea hasta que cruzamos el torrente de Záred fueron treinta y ocho. Para entonces todos los hombres de aquella generación aptos para la guerra habían muerto, tal como se lo había jurado el Señor.

Porque el Señor tu Dios te ha bendecido en todo lo que has emprendido, ha protegido tu caminar a través de este inmenso desierto y nada te ha faltado durante estos cuarenta años, porque el Señor tu Dios ha estado contigo».




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