¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si él se pierde o se destruye a sí mismo?
Cuando la red está llena, los pescadores la arrastran a la orilla y se sientan a seleccionarlos: ponen los buenos en cestos y desechan los malos.
Y arrojarán a los malos al horno encendido donde llorarán y les rechinarán los dientes.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su propia vida? ¿O qué podrá dar el ser humano a cambio de su vida?
Pues ¿de qué le sirve a uno ganar el mundo entero si pierde su propia vida?
Pero después, con el producto de su delito, compró un campo, se tiró de cabeza desde lo alto y reventó por medio, desparramándose todas sus entrañas.
para que ocupe, en este ministerio apostólico, el puesto del que renegó Judas para irse al lugar que le correspondía».
Si golpeo mi cuerpo con rigor y lo someto a disciplina, es porque yo, que he proclamado a otros el mensaje, no quiero quedar descalificado.
Os compadecisteis, efectivamente, de los encarcelados y soportasteis con alegría que os despojaran de vuestros bienes, seguros como estabais de tener a vuestro alcance unos bienes más valiosos y duraderos.